Mariano Saravia
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Especialista en Política Internacional

Un conflicto sin precedentes con España

mayo  2024 / 20 Comentarios desactivados en Un conflicto sin precedentes con España

Por Mariano Saravia

El presidente argentino Javier Milei ha puesto al país en una situación peligrosa por culpa de su patético patoterismo político, insultado no solo a Pedro Sánchez, sino a España. Y vamos a ver por qué, paso a paso.

Ya es un despropósito que un presidente viaje a otro país e ignore a las autoridades locales. Milei viajó a España y no sólo ignoró a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, sino también al jefe de Estado, el rey Felipe VI. Esto no ha sucedido nunca en el pasado. Y, sobre todo, siendo que el propio Milei repitió varias veces que éste era un viaje oficial, y no personal.

En ese punto hay un problema grave y es que se mezcla todo. Milei dice que es un viaje oficial porque sabe que, si él usara el avión oficial, los dineros públicos y su tiempo que debería destinar a gobernar, para viajar con objetivos personales, constituiría un acto grave de corrupción y varios delitos. Y eso es lo que realmente sucedió. Por eso, para encubrir sus delitos, dice que es un viaje oficial. Ahora bien, si es oficial, no puede hacer lo que hizo.

Menos que menos ir a participar abiertamente de un acto de campaña del fascismo español encarnado en el partido VOX, con invitados de la extrema derecha mundial. Aquí se va agravando la situación porque viola una máxima sagrada de las relaciones internacionales, la de no inmiscuirse en la política interna de otros Estados. Muchas veces esta línea es delgada y de algunas maneras se traspasa, con declaraciones que expresan simpatías por tal o cual fuerza política. Pero jamás de los jamases, con un presidente viajando 10 mil kilómetros para participar de un acto de campaña en otro país.

Aquí también habría que hacer un paréntesis, más simbólico si se quiere, ya que lo que para Milei es una consagración, en realidad es una humillación. Milei piensa y actúa con la típica actitud del mediocre, que prefiere ser quien sobresalga en un mar poco profundo. Por eso fue el único con responsabilidad de gobierno y aceptó compartir un acto con otros dirigentes neofascistas, pero no más que dirigentes al fin, como el anfitrión Santiago Abascal, el portugués André Ventura del partido Chega, la francesa Jean-Marie Le Pen y el chileno Juan Antonio Kast. Las dos figuras de gobierno pertenecientes también a la extrema derecha que se mencionaba que podían estar, la italiana Giorgia Meloni y el húngaro Víktor Orban, no viajaron y solo se conectaron virtualmente.

Y finalmente, llegamos al meollo de la cuestión, los insultos y las vociferaciones de Milei, más propias de un barrabrava que de un presidente. Decirle corrupta a Begoña Gómez, esposa del presidente del gobierno español, no es sólo insultar al ejecutivo, sino también al Poder Judicial de España, que desestimó las denuncias del neofranquismo español. Es insultar al propio Estado Español, además de constituir calumnias o injurias. Pareciera que Milei no distingue la diferencia entre ser panelista de la televisión basura y presidente de un país.

Ahora, el ministro de Relaciones Exteriores de España, José Manuel Albares, llamó a consultas a la embajadora española en Buenos Aires. Ese es el paso previo a la ruptura de relaciones diplomáticas, y reclamó una disculpa pública de Milei que el gobierno argentino ya dijo que no llegará.

Por su parte, el Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, condenó también la actitud de Milei y aclaró que consideran sus actitudes como un ataque al bloque regional, porque un ataque a un Estado miembro es un ataque a la misma Unión Europea.

¿Cómo nos afectan las barbaridades de Milei? Mucho. Primero, la vergüenza de tener un presidente de esta calaña, y esto va mucho más allá de lo ideológico. En la historia argentina hemos tenido una inmensa mayoría de gobiernos que se podría decir de derecha: conservadores, liberales y en las últimas décadas neoliberales, pero sin embargo nunca hemos visto un presidente que con sus actitudes de bravucón de poca monta nos haga avergonzar tanto.

Pero más allá de eso, los errores en política internacional traen consecuencias concretas, sobre todo económicas, que terminan afectando la vida cotidiana de la población, la tuya y la mía. Se vio claramente luego de los insultos contra Lula cómo eso influyó en el comercio con nuestro principal socio, se vio también y se sigue viendo en la relación con China, en la decisión de no entrar a los BRICS y ahora se verá en los intereses comerciales con España, tanto las inversiones españolas en Argentina como la exportación de nuestros productos hacia esos mercados.

En definitiva, un papelón más, una tragedia política para nosotros y la certeza de que no son errores, sino las consecuencias de tener un presidente que piensa más en él y en su rol de estrella mundial del neofascismo que en gobernar un país.

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