La “reelección” del dictador
Por Mariano Saravia
Nayib Bukele se autoproclamó presidente reelecto de El Salvador, luego de las elecciones del domingo 4 de febrero.
Sin datos oficiales, el propio Bukele dijo haber obtenido el 85 por ciento de los votos, consiguiendo al menos 58 de los 60 legisladores de la Asamblea Nacional.
Pero si eso fuera verdad, entonces ¿por qué no hay datos oficiales? Sobre todo, teniendo en cuenta que Bukele maneja a su antojo el Tribunal Superior Electoral.
Es que el fraude es evidente, la manipulación es clara. Y sobre todo se oculta que habría votado menos del 50 por ciento del padrón electoral, por la poca confianza en el sistema.
De hecho, todo el proceso es fraudulento, porque la misma candidatura de Bukele es trucha, ya que la Constitución de El Salvador PROHÍBE literalmente la reelección inmediata.
Además, son elecciones en estado de excepción, con las libertades y derechos constitucionales conculcados y un país militarizado hasta el último rincón.
Mano dura
La famosa mano dura que le gusta tanto a Bullrich y a Milei es una engaña pichanga.
Bukele llegó al gobierno en 2019 con la promesa de pacificar uno de los países más violentos de Centroamérica.
-Primero negoció con las maras, o sea las pandillas. Cuando el gobierno y las maras se traicionaron mutuamente, como suele ocurrir entre mafias, estalló la violencia. En marzo de 2020 hubo 87 muertes en una semana. A partir de ahí, Bukele declaró la guerra total a las maras, con las que antes se juntaba a negociar.
-Hubo violaciones masivas a los Derechos Humanos, de pandilleros y de no pandilleros, es decir, gente común. Decenas de miles de inocentes en un total de 70 mil detenidos y torturados. Con centenas de ejecuciones extrajudiciales.
-Eso sí, todo con una gran puesta en escena, con fortunas invertidas en una difusión cinematográfica que se replicaba hasta el cansancio en canales y redes sociales. Con los supuestos pandilleros desnudos y en filas.
Mientras tanto, la corrupción atraviesa absolutamente todos los estamentos gubernamentales y el hambre muerde a 2 millones de salvadoreños, de un total de 6 millones.
Dictador cool
-Bukele llegó al gobierno a mitad del 2019.
-En febrero de 2020 irrumpió en el Congreso con el Ejército y francotiradores apuntando a los legisladores. Se sentó en el sillón de la presidencia del Parlamento, usurpando atribuciones y funciones de otro poder de la república, y obligó a los congresistas a aprobar un crédito millonario en dólares para su plan de mano dura y disciplinamiento social con terrorismo de Estado.
-En 2021 arrasó con las elecciones legislativas y se deglutió el Poder Legislativo.
-Luego neutralizó el Poder Judicial, echando a gusto y cambiando a los miembros del Tribunal Superior Constitucional.
-De esta manera, ya no quedaba ni rastros de la famosa división de poderes republicanos de la que tanto se ufana la democracia burguesa.
-Ante los cuestionamientos de todo el mundo, Bukele se hizo el gracioso y dijo: “Soy el dictador más cool de todo el mundo mundial”.
-El viernes pasado, dos días antes de las elecciones, el vicepresidente, Félix Ulloa, dijo sin ponerse colorado: “A quienes dicen que estamos desmantelando la democracia, mi respuesta es que SÍ, la estamos reemplazando por algo nuevo”. (¡!!!!!!)
-Y el propio Nayib Bukele, acaba de decir: “El Salvador se convertirá en el primer país del mundo en tener un partido único en un sistema plenamente democrático”.
Ese es el modelo de Bullrich y Milei… y de muchos periodistas en Argentina.