A 50 años del Navarrazo… SILENCIO que aturde
Mariano Saravia
Se cumplen 50 años del Navarrazo y ningún diario de Córdoba dice nada. No hay ningún acto importante de partidos políticos o del sindicalismo. Solo el Espacio para la memoria de Campo de La Ribera organiza un acto para hoy a las 17, en coordinación con los organismos provinciales de Derechos Humanos.Pero el silencio a veces produce más estruendo que el ruido… y avergüenza. Porque silencio es igual a complicidad, a falta de memoria, a presente perpetuo, justo lo que viene a proponer el neofascismo de hoy instalado en la Casa Rosada. Por eso también, no podemos asombrarnos de lo que pasa. Y los bien pensantes progresistas pierden autoridad para criticar a las mayorías que votaron a la extrema derecha, porque queda demostrado que también la parte “progre” de la sociedad ha elegido el presente perpetuo y se ha olvidado de su propia historia. Que La Voz del Interior, Radio Mitre o Cadena 3 no digan ni mu de este aniversario de número redondo, no sorprende. Pero sí sorprende que los que se llenan la boca con un discurso distinto, también abdiquen de la batalla cultural, que indefectiblemente debe incluir la historia. Hace exactamente hace 50 años terminaba abruptamente el mejor gobierno de la historia de Córdoba, quizá compartiendo el podio con el de Juan Bautista Bustos en la década de 1820 y el de Amadeo Sabattini a fines de la Década Infame. Este gobierno, el de Obregón Cano y Atilio López, duró lo que un bebé en la panza de su madre. Nueve meses. Se estaba gestando la Córdoba que había empezado a incubarse con el Cordobazo, pero se cortó abruptamente porque un Teniente Coronel, Antonio Domingo Navarro, jefe de la Policía de Córdoba, dio un golpe de Estado provincial. Ese día, hace exactamente 50 años, el gobernador Obregón Cano destituyó a Navarro, involucrado en el asesinato de 5 cooperativistas de Armstrong y en el complot contra el gobierno. El jefe policial no acató la orden y se rebeló contra las instituciones. Las bandas parapoliciales pusieron una bomba en La Voz del Interior y las fuerzas policiales ocuparon las radios AM. Por eso es más inentendible todavía el silencio de hoy de TODOS los medios y periodistas. Por la noche, el subversivo Navarro (ellos llamaban subversivos a los demás) tomó la casa de Gobierno e hizo prisioneros a Obregón Cano y a su vice Atilio López. Ante la acefalía, asumió el presidente de la Cámara de Diputados Mario Agodino. Recién el 2 de marzo, el presidente Juan Perón intervino la provincia, pero no para restituir a las autoridades legítimas. Puso a Duilio Brunello como interventor. Luego de la muerte de Perón, la cosa empeoró cuando fue interventor Raúl Lacabanne, jefe de facto del Comando Libertadores de América, equivalente cordobés de la Triple A. El contexto es importante para entender. El contexto nacional, no sólo destituyeron a Obregón Cano y Atilio López, sino también a otros cuatro gobiernos cercanos a la Tendencia: Orcar Bidegain en Buenos Aires, Alberto Martínez Baca en Mendoza, Miguel Ragone en Salta y Jorge Cepernic en Santa Cruz. El contexto internacional: dictadura en Uruguay desde junio del año anterior, Pinochet en Chile, dictadura en Brasil desde 1964, y los dictadores Stroessner en Paraguay y Hugo Bánzer en Bolivia.Pero el Navarrazo fue el único golpe de Estado exitoso en el mundo y en la historia. Hubo un intento de golpe policial en 2008 en Bolivia y en 2010 en Ecuador. Pero fracasaron. Aquí triunfó el Navarrazo, y comenzó el terrorismo de Estado, mucho antes del golpe militar de 1976. De hecho, el Nunca Más Córdoba tiene corroboradas 54 desapariciones entre 1974 y 1976. Pero hoy nadie si vos entrás al Palacio de Policía, en la calle Colón de la ciudad de Córdoba, en la galería de cuadros de jefes históricos hay dos que no deberían estar: Antonio Domingo Navarro, el que dio el golpe policial y derrocó un gobierno constitucional, y Héctor García Rey, jefe de Policía responsable de innumerables violaciones a los Derechos Humanos. No quisieron bajar los cuadros ninguno de los gobernadores de la democracia: ni Angeloz, ni Mestre, ni De la Sota ni Schiaretti. Y lo sabían muy bien. Teléfono para Llaryora, para el ministro de Seguridad Juan Pablo Quinteros y Liliana Montero, ministra de Desarrollo Humano y a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos. Teléfono para los sindicatos, para el PJ y TODOS los partidos de izquierda. Les reclamo a ellos, porque si no, ¿a quién quieren que les reclame?¿A Milei? Si Milei, Bullrich y Macri son justamente la continuidad y el resultado del Navarrazo. 50 años después