Mariano Saravia
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Especialista en Política Internacional

El Perú elige entre más neoliberalismo o un cambio

junio  2021 / 8 Comentarios desactivados en El Perú elige entre más neoliberalismo o un cambio

Por Mariano Saravia

El Perú elige hoy nuevo o nueva presidenta, en la elección más peleada de su historia. Por dos motivos, por lo parejos que llegan los candidatos y porque por primera vez las opciones son antagónicas. Keiko Fujimori, además de Keiko, es Fujimori, no hay que olvidarlo. Representa la continuidad del neoliberalismo, es hija de Alberto Fujimori, quien gobernó entre 1990 y 2000, dio un autogolpe de Estado, gobernó dictatorialmente, usó terrorismo de Estado y fue grotesco en su corrupción. Hoy está preso y condenado por delitos de lesa humanidad, en torno a las masacres de estudiantes y profesores en La Cantuta y Barrios Altos. Ella misma está imputada judicialmente por delitos de corrupción relacionados con Oderbrecht y lavado de dinero, y la fiscalía ha pedido para ella casi 30 años de prisión.Del otro lado está Pedro Castillo, un maestro rural de la región norteña de Cajamarca, líder del sindicalismo magisterial combativo, no burocratizado. Se hizo conocido por encabezar una huelga general de maestros en el año 2017 y en la primera vuelta del 11 de abril pasado sorprendió a propios y extraños al ganar con el 19 por ciento de los votos y un discurso claramente de izquierda. Es decir, se enfrentan dos alternativas bien diferenciadas. El premio Nóbel de Literatura, Mario Vargas Llosa, tuvo razón en estos días en su diagnóstico: “No se va a elegir una persona sino un sistema”. Es cierto, y Vargas Llosa, que siempre despotricó contra el fujimorismo desde su discurso de supuesta pulcritud republicana, ahora cerró filas con Fujimori. Es que como él reconoce, el sistema es lo que importa. El sistema capitalista y neoliberal, que en su esencia es corrupto, por eso los últimos cinco presidentes peruanos están al menos imputados por corrupción: Fujimori, Alejandro Toledo, Ollanta Humala, el Pedro Pablo Kuczynski y el suicidado Alan García. Pero lo novedoso es que por primera vez en 200 años (el mes próximo el Perú celebra su Bicentenario) llegó a esta instancia un candidato que no tiene nada que ver con el poder político, ni económico, ni militar, ni judicial ni mediático. Y que los pone nerviosos. Por eso, la reacción ha sido una campaña feroz de miedo y mentiras, agitando el fantasma del comunismo. Ya no asusta tanto la amenaza de ser Peruzuela (Argenzuela, Chilezuela, Bolizuela, etc), ni Chávez ni Maduro, ni tampoco es creíble su vínculo con el terrorismo de Sendero Luminoso. Entonces inventaron un esperpento: un comunismo que les quitaría a los ciudadanos sus negocios, sus televisores, y que hasta les impondría el nombre de sus hijos e hijas. Se podría esperar algo con más vuelo ficcional de un Premio Nobel de Literatura, no una mentira tan burda. Pero ese discurso de Vargas Llosa y de todo el poder retumba incluso luego del cierre de campaña. El viernes algunos bancos avisaron a sus clientes que lunes y martes no abrirán y que no se podrán retirar fondos (un corralito de hecho e ilegal). Sin decirlo, meten miedo de un eventual triunfo de Castillo. Y ayer sábado aparecieron algunos centros comerciales cerrados y tapiados, como esperando hordas de forajidos y saqueos. Lo que nunca hicieron los poderosos por la pandemia lo hacen por el interés de seguir mintiendo: cerrar sus negocios. ¿A qué hora habrá resultados? Es muy difícil predecir los resultados y cuándo se conocerán. Por la pandemia el horario de votación se extendió de 7 de la mañana a 7 de la tarde, y turnos escalonados por el último número del documento, para evitar aglomeraciones. Encima hay dos horas de diferencia con la Argentina, así es que las 19 del Perú son las 21 de la Argentina. De ahí a que efectivamente terminen de votar los y las ciudadanas que estén dentro de los centros, se cierren las urnas, se cuenten los votos, me manden las actas y empiece el recuento oficial, pasarán un par de horas. Además, los primeros datos pueden ser engañosos, como nunca en ninguna elección. Porque el Perú hoy está dividido más o menos por mitades, pero con distintos motivos. Por un lado, lo ideológico, claro, que se refleja en el sector social. Los sectores de clase alta y media alta apoyan monolíticamente a Fujimori. Los sectores populares, de trabajadores y trabajadoras y más pobres, apoyan a Castillo. Pero lo más interesante es tener en cuenta la división geográfica del voto. En las grandes ciudades, y sobre todo en Lima, gana Fujimori, pero en el Perú profundo, sobre todo en la sierra y en la selva, gana Castillo. Esto influirá mucho en el desarrollo del día. Porque las encuestadoras centran sus “boca de urna” en la capital y alguna otra ciudad, por lo que seguramente dirán que gana Fujimori, por una mala foto y por seguir mintiendo. Pero también los votos oficiales, cuando empiece el conteo, probablemente empiecen dándole el triunfo al fujimorismo, porque las actas llegan primero de los centros urbanos. Con la llegada de los telegramas del interior, puede cambiar la historia. Pase lo que pase, se prevé un resultado ajustado y denuncias de fraude del que pierda, aunque con distintas razones. El fujimorismo ya viene denunciando un improbable fraude. Improbable ya que Castillo no tiene ninguna relación ni llegada a los organismos de la justicia electoral. En esta denuncia, la derecha muestra su miedo y vuelve a demostrar que cuando gobierna es autoritaria y cuando pierde es golpista Pero del otro lado sí puede haber un temor fundado al fraude, porque la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales) permitió solamente un tipo de observadores internacionales: los de la OEA (Organización de los Estados Americanos). Y sabemos para qué lado patea la organización hemisférica, con su capitán Luis Almagro, fundamental en el golpe de octubre de 2019 en Bolivia y conspirador eterno contra Venezuela. “El Ministerio de Colonias de Estados Unidos”, decía Ernesto Guevara sobre la OEA. Algunas fuerzas políticas intentaron invitar a la agrupación HIJOS de Argentina, pero la ONPE lo impidió. Sólo quieren a la OEA. ¿Raro no?Un dato más, el padrón electoral cerró hace un año, una barbaridad en plena pandemia que lo tiene al Perú con el índice de muertos por contagios más alto del mundo. De hecho, esta semana se sinceraron los números y se supo que los muertos no eran 60 mil como decía el gobierno de Francisco Sagasti, sino tres veces más. Todos esos muertos siguen en el padrón electoral. ¿Por quién votarán, si es que lo hacen?Por ahora, mucha incertidumbre, no sólo por el resultado apretado, sino también por qué vaya a pasar a partir del cierre de los comicios y cuál será la reacción de cada dirigencia y de cada militancia. En Córdoba y en ArgentinaEn Córdoba hay una gran comunidad peruana, en toda la provincia y también en la ciudad capital, agrupada principalmente en la zona de Barrio Alberdi. Los y las peruanas de Córdoba podrán votar de 8 a 16 en la escuela Juan Bautista Alberdi, de Avenida General Paz y Humberto Primo. No es obligatorio el voto para los y las residentes en el exterior, pero quienes sí quieran votar, sólo tienen que tener el DNI peruano donde figure que viven en Córdoba. Incluso si ese DNI estuviera vencido, sirve igual.Eso sí, para poder circular en las actuales circunstancias de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), deberán tramitar el permiso correspondiente, que tendrá validez exclusivamente para hoy.Dicho certificado deberá ser tramitado por los y las votantes en la opción “Voto exterior” en el sitio de Migraciones. Una vez aprobado, será enviado al correo electrónico. También puede ser descargado en formato PDF desde la misma web o por medio de la aplicación Cuidar. Si los controles lo requieren, puede presentarse el permiso impreso o en el celular.

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